"El concepto transversal de mi obra es el poder, en sus variadas formas: el dinero, la fama, la fuerza. Aparece la ambición como motor vital, pero también como pecado fatal. Mis piezas reflexionan sobre el deseo, la ostentación, y sobre la delirante obsesión humana por perdurar en la historia. Lo sagrado y lo profano se unen, se contraponen y se entretejen. Lo profano se sacraliza y lo sagrado se profana. El enriquecimiento y la acumulación aparecen como mandatos bíblicos, y los dioses se reducen a meros commodities."